3/23/2008

Libertad para elegir

BONA PASCUA!
Os copio un artículo muy bueno sobre la ayuda a las madres embarazadas, aparecido hoy en La Vanguardia, en la sección "cartas del lector"

Libertad para elegir
ESPERANZA COLL / MONTSERRAT RUTLLANT - Barcelona Hemos asistido a un goteo de noticias sobre abortos ilegales. Noticias escalofriantes sobre trituración de fetos, deficiencias sanitarias, fraude en los exámenes psicológicos y ausencia de control por la Administración. Echamos en falta un análisis profundo de la raíz del problema. ¿Cuentan las embarazadas en situaciones graves con otras alternativas que les permitan elegir tener el hijo que esperan? ¿Están informadas de la agresión que supone un aborto y de las secuelas que pueden derivarse de él? ¿Conocen la existencia de centros de ayuda a las gestantes que, sin recursos públicos, acompañen a las madres en dificultades intentando solucionar sus problemas? Toda mujer que recurre al aborto vive una situación de dolor. ¿Cuál es la respuesta de la sociedad? A la mujer se le otorga el derecho a decidir si su hijo nace o no, pero sólo se le ayuda si elige la más cruel e irreversible de las opciones: eliminar al hijo. Nadie se responsabiliza de ayudar a la mujer que, en su derecho, decide tener el hijo que espera. Tampoco se hace eco del dolor de bastantes mujeres después del aborto; sólo alguna voz aislada nos recuerda: "Después de abortar, el médico, el enfermero, el político se van a casa; la mujer se queda sola con su angustia agazapada en lo más hondo". Lo que la gestante en dificultades necesita es que su entorno más próximo, el padre del hijo, la familia, la sociedad, le ayuden a eliminar los problemas, y no a eliminar al hijo. No basta declararse a favor del niño y la familia, ni quejarse hipócritamente ante el envejecimiento de la población y la caída de la natalidad. Si creemos que un niño es siempre un bien y, ahora y aquí, un bien escaso, protejámoslo con ayudas eficaces a su madre. Porque la banalización del aborto testimonia la corrupción ética de una sociedad envejecida, egoísta y estéril que permite la muerte provocada de los seres más débiles e indefensos. Una sociedad en la que el más fuerte oprime al débil, potencia la espiral de violencia en la que estamos ya, desgraciadamente, inmersos. En los centros de ayuda de la Fundació pro Vida de Catalunya trabajamos desde hace más de veinte años para que las gestantes puedan vivir su embarazo y dar a luz su hijo en las mejores condiciones posibles, atendiéndolas en su situación de precariedad, marginación o angustia. Así hemos compartido con ellas la alegría por el nacimiento de 4.400 niños a los que hemos facilitado ayuda afectiva y material. Sin soluciones concretas, la gestante en dificultades no puede tomar decisiones en libertad. Está condicionada por la precariedad no resuelta y por la respuesta de una sociedad anestesiada que sólo ofrece una salida rápida pero inhumana a su angustia rotundamente humana.
ESPERANZA COLL / MONTSERRAT RUTLLANT Fundació pro Vida de Catalunya