7/29/2010

Taurinos y antitaurinos

   
   
  
Éste tema me trae por una friolera, pero me da rabia:
1. El uso político e ideológico que hacen unos y otros. Antich lo resume muy bien hoy en La Vanguardia.
2. Nos preocupa el sufrimiento de los toros y despreciamos la vida humana del embrión humano.
El primer punto lo resume bien José antich hoy en La Vanguardia.

Demasiada demagogia
José Antich  - DIRECTOR

DEJÉMONOS de demagogias: ni Catalunya tenía una responsabilidad con la civilización como se dijo ayer de manera muy grandilocuente desde la tribuna del Parlament, ni por el contrario la prohibición de las corridas de toros en el Principat - a partir del 2012- aprobada en la Cámara catalana es una afrenta a la unidad de España. Es todo mucho más sencillo. Estamos ante un innecesario acto de tensión, a partir de una cuestión bastante tangencial si consideramos cuáles son hoy los más acuciantes problemas ciudadanos. Se puede añadir, incluso, que empieza a ser agotador el permanente deseo de las autoridades de prohibir cosas que en otros sitios son normales y que afectan de una manera intrínseca a la libertad individual. Y se puede censurar, finalmente, que un negocio ruinoso en Catalunya - excepto en las corridas de José Tomas- se utilice de bandera por el estamento político para ocultar la ausencia de respuesta ante la falta de liquidez del sistema financiero, la demora en los pagos de las administraciones, la fragilidad de las cuentas de la Generalitat, las carencias del sistema educativo catalán - como se ve año tras año en el informe PISA- y así muchas otras cosas. El grado de enfrentamiento que se vivió en el Parlament y ante las mismas puertas del hemiciclo entre abolicionistas y los que pretendían preservar las corridas de toros demuestra que algo no se ha hecho bien o que quizás la urgencia era mucho más política que ciudadana. Los mismos 68 votos a favor de la iniciativa - uno más de la mayoría absoluta- demuestran la fractura existente. Dicho esto, no convirtamos este asunto en el tema central de la vida pública, por excitante que pueda parecer.