6/03/2014

Sants y los okupas



Excelentes consideraciones de Arasa en La Vanguardia de hoy. Yo también pienso que los okupas son parásitos, muchas veces niños de papá. Y no soporto a los "pacifistas" que ven con buenos ojos este tipo de violencia. ¡Violencia nunca!, venga por parte de quien venga.

"Parásitos e impuestos

Estamos impactados por los graves altercados de los últimos días a raíz del desalojo de Can Vies y anticipo mi identificación con Enric Sierra en estas mismas páginas cuando dice que "es un chantaje intolerable" y a Pilar Rahola, que grita con rotundidad "basta".

Más allá de los acontecimientos inmediatos vale la pena reflexionar sobre el fenómeno okupa. Tiene vertientes diversas, pero me centraré en una, la de los agravios comparativos con la inmensa mayoría de los ciudadanos. Estas semanas hacemos las declaraciones y pagamos el IRPF. Si cualquier ciudadano se niega a presentar la declaración, o a pagar, o declara menos de lo que le corresponde, ¿la Agencia Tributaria le dice que dialogarán, que no pasa nada? ¡Garrotazo! A pagar y quizás con multa y recargo.

Unos amigos míos vendieron recientemente un piso y el precio cobrado no llega al 60% de lo que ellos pagaron cuando lo compraron hace ocho años. Tras la burbuja inmobiliaria, los precios han caído en picado en los últimos años. Sin embargo, a pesar de la enorme minusvalía... ¡han tenido que pagar el impuesto de plusvalía! Repase el lector otros impuestos: IBI, matriculación y circulación de vehículos, sobrecargas ecológicas en el consumo de agua, etcétera. Sumen tasas de todo tipo o gastos generales de los edificios, como los de comunidad de vecinos. Y, por supuesto, pagar la hipoteca o el alquiler del piso.

Todo esto y mucho más que el común de los ciudadanos tenemos que aportar y que consideramos necesario para la convivencia y el bien común resulta que unos señores dicen que llevan formas de vida alternativa, deciden ocupar unos edificios y que ellos no pagan nada de nada. Es decir, viven a costa del resto. A ello el diccionario lo denomina parásitos. Ya es grave en sí. No digamos cuando además se convierten en violentos. 

Puede ser discutible la oportunidad del momento y la forma del desalojo de Can Vies, pero más grave es que hayan dejado enquistar el asunto durante 17 años. Precisamente por la pasividad de las autoridades, por la cobardía habitual a enfrentarse a estos parásitos, ellos se han crecido. Rechazan la propiedad pero se consideran propietarios de todos los derechos, incluidos los de romper el mobiliario urbano o las tiendas, atacar a la Policía y a la prensa, o dejar pringadas miles de paredes. Sin asumir ningún deber. Y, además, ponen condiciones a cualquier diálogo. No menos vergonzosas son las justificaciones de la violencia okupa por parte de algunos, políticos incluidos. Determinados sí, pero son el apoyo más contundente a los que infringen la ley con furor. 

Con los altercados del barrio de Sants los violentos han lanzado un reto a la sociedad. Esta, en este caso Barcelona, no puede perder esta batalla. Si la pierde, sólo difiere por poco tiempo de otras muchas."