20/07/2014

Nadia Ghulam, actriz de su propia historia.


Ya he hablado tres veces de esta afgana afincada en Badalona. Ayer La Vanguardia publicaba esta entrevista. ¡Felicitats, Nadia!

"Acaba de salir de otra de sus operaciones y las quemaduras asoman por encima del cuello de su camisa blanca. "Pero no se preocupe, estoy acostumbrada al dolor", dice sonriendo. En su país de origen, Afganistán, siguen viviendo sus padres biológicos y dos hermanas. Se ven una vez al año.

De los diez a los veinte años Nadia Ghulam (Kabul, 1985) simuló ser chico en lugar de chica. Cambió su nombre por el de Emary ("león") porque ese era el único modo de encontrar trabajo en una ciudad devastada por talibanes. Nadie empleaba a una chica. Y fue así, disfrazada de muchacho, como mantuvo a su familia, algo después de que una bomba le dejara las secuelas evidentes de un cuerpo con quemaduras y seis meses en coma.

Hace ahora ocho años que vive en Barcelona. Por la conmovedora historia de su vida -titulada El secreto de mi turbante (Planeta/ Columna en catalán), en coautoría con Agnès Rotger- recibió el premio Prudenci Bertrana y ahora va a representarla ella misma en el CCCB. "Soy una víctima con suerte. Resucité".

¿Y ahora actriz?

Eso lo ha conseguido Carlos, el director de la compañía. Al principio, cuando me lo propuso, me dio por sonreír: "¡sólo me faltaba ser actriz,! ya he hecho de todo en esta vida".

De los 10 a los 20 años trabajó en el campo (ganaba al día el equivalente a 13 céntimos de euro), como albañil, reparador de bicicletas, aprendiz de mulá, criador de palomas...

A veces resulta más fácil preguntarme ¿de qué no has trabajado? Así que, ahora, revivir mi propia historia en el teatro me dolía. Temía verbalizarla delante del público, me afectaba. Pero Carlos me dijo "no te preocupes, no explicaremos nada que tu no quieras". Y me convenció de actuar.

No es la primera vez que encarna la vida de otro. Ya fue chico durante diez años.

Sí, pero eso fue más fácil. Yo llevaba ropa de chico, el pelo medio quemado, medio cortado y mi actitud muy bien aprendida.

¿Nunca sospecharon de su travestismo? Su voz es muy femenina...

Pero yo era un tío muy serio, ¿eh? Actuaba como ellos, tenía muchos trucos. y nunca me descubrieron. Incluso hubo un chico que se enamoró de mi y nunca supo mi verdadera identidad. Ahora, aquí, también estoy enamorada pero no quiero dar muchas pistas de él.

Con todo lo que le ha ocurrido antes de los treinta ¿cómo puede confiar todavía en el ser humano?

A veces me pregunto cómo puede ser que el ser humano, tan inteligente que ha llegado a la luna, siga siendo tan negado y poca cosa, incapaz de parar una guerra. Gente buena, en el mundo, hay mucha pero no la vemos porque un solo malo apesta. Yo quiero que quienes tengan poder y buen corazón me escuchen, que sepan que gracias a sus esfuerzos gente como yo resucitó.

Estuvo a punto de morir sepultada por una bomba que le abrió el cráneo. Sólo tenía nueve años.

Bueno, yo sí creo en los milagros. Soy el ejemplo de que una planta seca un día puede dar frutos. Yo lo conseguí gracias a la fe y a mi madre afgana, que siempre estuvo a mi lado, en tantas horas de hospital...

Usted tiene dos madres.

Sí, la biológica, que siempre me ayudó. Y mi madre catalana, que me acogió desde que llegué a Catalunya hace ocho años.

¿Qué significan ellos, los Soler-Amigó, para usted?

¡Son mis ángeles! Y no lo digo como una metáfora. Eso es lo que siento, cuando entro en casa y los veo, cuando los toco, cuando me abrazan... son ángeles. Nunca me sentí tan protegida como con ellos. Ellos me vinieron a buscar al hospital a los 21 años.

Los médicos le recomiendan que haga reposo. Y, ni caso.

Y yo me río, porque no puedo parar. Después de sobrevivir como lo hice, para mi, cada mañana que veo la luz, cada vez que camino, duermo, me despierto, como, es un milagro. Pienso que si Dios me dejó vivir fue porque tengo alguna misión. No sé cual será mi final ni cuando llegará pero tengo clarísimo que debo atesorar formación. Para guiar mi vida. Para ayudar a otros.

Usted es musulmana ¿Qué papel juega la religión en su día?

Soy musulmana y estoy muy orgullosa de serlo. Pero conozco bien aquello en lo que creo. Lo malo es juzgar una creencia desde la ignorancia. No puedes usar una religión a la carta, interpretarla a tu voluntad. Aunque eso también le ocurre al catolicismo.

¿Puede llegar a entender que alguien se juegue la vida en nombre de un Dios?

Ayer mismo oí las palabras de un judío diciendo: "todo esto que ocurre en Israel es una vergüenza. Mi religión no dice en ningún lugar que tenga que ocurrir nada de eso". Pero ocurre. Del mismo modo hay musulmanes o cristianos que actúan sin conocer a fondo su propia religión.

O la conocen pero la instrumentalizan con otros objetivos.

Esos son fundamentalistas, psicópatas, que quieren matar echándole la culpa a la religión. Si tu logras salir de la ignorancia sabrás siempre discernir "hasta aquí". Sólo podrás vender agua por leche a quien no sabe cómo sabe la leche.

¿Se siente en Barcelona en una ciudad segura? ¿La proliferación de mezquitas es un imán para integristas?

Yo no quiero ver la creación de una mezquita como algo que genere miedo. Para mí es una expresión más de conocimiento cultural. Y esa visión constructiva sólo la lograremos la gente de frontera, los que conocemos los dos mundos, Occidente y Oriente, aquí y allá.

¿La "gente de frontera" sabrá ser buena mediadora?

No podemos despreciarlos porque sólo la bisagra de una puerta permite que esta se abra. Si tu, llegas y me dices "Nadia, en Barcelona no puedes rezar a tu modo ni hacer Ramadán", sin más, yo me sentiré ofendida.

Porque se lo dirá una intrusa.

Como si yo, que no sé nada del catolicismo, le dijera a un católico cómo debe vivir su fe. Pero si me llega uno de mi comunidad, y me cuenta "escucha, Nadia, aquí va así..." yo lo aceptaré más fácilmente, Una vez tuve una duda y lo arreglé de esta manera.

¿Una duda de fe?

Bueno, algunas musulmanas me decían que yo no lo era de verdad porque no llevaba pañuelo. Yo no quería. Lo consulté a un musulmán que vive en Catalunya desde hace veinte años y me contestó: "Nadia, la religión la llevas en tu interior, en tu alma, ¿verdad? pues no hace falta que lleves una etiqueta en la cabeza". Y lo entendí tan bien que ahora ya la he hecho una frase mía.

¿Su familia catalana es católica? ¿Respetan sus creencias?

Mi madre catalana no cree, es agnóstica. Pero mi hermana catalana es cristiana. Ella tenía un crucifijo colgado en la habitación y el día que yo llegué quiso quitarla por mi... Yo le dije que no, ¡Por favor, no lo quites! Así que ella tiene allí su cruz y yo lo mío. Sólo desde el respeto evolucionamos.

Sus dos familias, la afgana y la catalana, no se conocen

Sólo por foto. Pero una vez me presenté a un examen de universidad y, sin casi prepararlo, supe responder bien todas las preguntas. Mi madre catalana me dijo "Nadia, no te preocupes, tu tienes una estrella que te protege".

¿Y dónde está la conexión?

Que es exactamente la misma frase que siempre utilizaba mi madre afgana. Jamás me dijo "Alá te protege, o el Corán. Siempre hablaba sólo de esa estrella". Hay un hilo invisible entre esas dos mujeres, que las conecta. De verdad, así lo siento. Conocen mi estado de ánimo sin mirarme.

Cuando usted despertó del coma, siendo una niña, los talibanes ya estaban en el poder. Y sin embargo usted sintió alivio. ¿Por qué? ¿Mejor la falta de libertad que la guerra?

Si te dan a elegir entre "cárcel o muerte" estoy segura de lo que escogerías. Vivir sin libertad. Preferirías estar encerrada, ¿verdad? De eso se trata. Aun sin tener libertad puedes buscarla en tu interior, como hice yo... estando los talibanes en el poder yo pude escabullirme, hice lo que quise.

Hasta los 16 años no aprendió a leer ni escribir. Y ahora está en la universidad.

Sí, estoy estudiando Educación Social. Ayudo en traducciones, hago joyas artesanales, doy clases, imparto conferencias, tengo un blog de cocina afgana...

Una chica de su edad -29 años- en Afganistán, ¿podría hacer algo de todo eso?

Aquí le llamáis prohibiciones a lo que allí llaman vergüenza. Me explico. Tu no puedes hacer ciertas cosas porque se consideran "indignas". Puedes encontrar alguna mujer que baile en público, se maquille mucho o presente un programa de televisión... pero cualquier afgano te dirá "me gusta verla pero... ¡yo no quiero eso para mi hija!". Las consideran bichos raros, no se sienten orgullosos de ellas. Es triste, es así.

¿Tiene represalias? Mataron a su hermano y sabe quién pero no se atreve a decirlo.

La gente que actualmente está en el poder, en mi país, no respeta nada. No me da miedo por mí. Me limito, me callo, porque tengo mi familia allí. No vale la pena denunciarlos desde aquí. A los poderosos no les afectará ni lo entenderán. Será pura rabia que se rebotará contra mi.

Hay sectores que quieren reconstruir su país

He conocido jóvenes espléndidos, tienen pocos recursos pero no tiran la toalla. Yo, como Malala, soy una víctima con suerte porque estoy lejos. Le aseguro que quien venga a ver mi obra de teatro, cuando salga, no pensará que es una historia triste...

¿Cree que sería capaz de volver a vivir en Kabul? ¿O que sus padres biológicos vengan?

Que ellos vuelvan es imposible. Sueño con volver un día a mi país y transmitir todo lo que he aprendido en Catalunya. Necesitaré trabajar allí, con mi gente, con todo lo que me habéis enseñado aquí."