11/03/2015

Alemania y los migrantes

Interesante esta entrevista que publica hoy La Vanguardia, al ministro del Interior alemán. Realmente, creo que Alemania nos está dando una lección a todos de humanidad.

"Thomas de Maizière, ministro del Interior de Alemania, cree que la crisis de los refugiados se solucionará con diplomacia, inversiones en los países de origen y seguridad en las fronteras de Europa. Es el único ministro que ha participado en todos los gobiernos de la canciller Merkel y pasa por uno de sus más cercanos confidentes.

¿Cuál es la política de Alemania con respecto a los refugiados de Oriente Medio?
Primero intentamos solucionar este problema con nuestra modesta influencia diplomática. En segundo lugar, enviamos mucha ayuda financiera a los campos de refugiados en Jordania y Líbano. También trabajamos de forma similar con Turquía. Queremos solucionar este problema en la fuente del conflicto para evitar que haya más refugiados.
Europa parece saturada.
No habíamos tenido tantos refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Europa es un destino atractivo, Alemania es atractiva; encontrarán una manera de llegar. Así que hemos fortalecido la protección de las fronteras, trabajamos con Turquía para que frene el flujo hacia Europa, y dentro de Europa intentamos distribuirlos. En Alemania intentamos acelerar los trámites burocráticos y devolver a los que no requieran protección.
¿Qué hace Alemania para mejorar los campos de refugiados sirios?
Financiamos muchos proyectos, que van desde los suministros de agua y electricidad a las escuelas. Hacemos mucho y pagamos mucho más que otros países. Nos interesa hacerlo. Queremos que los campos estén bien equipados para que la gente esté dispuesta a quedarse en ellos.
¿Le preocupa que en Alemania puedan entrar yihadistas camuflados de refugiados?
Nos preocupa y hemos recibido pistas de otros servicios de inteligencia en este sentido pero por ahora no hemos descubierto a ningún yihadista entre los refugiados. Además, si quisieran venir a Alemania, hay formas más fáciles de lograrlo que arriesgando la vida como hacen los refugiados.
¿Qué riesgo hay de que Alemania sufra un ataque terrorista yihadista?
El terrorismo, especialmente el islámico, apunta tanto a Alemania como a cualquier otro país. Hemos tenido intentos de ataque, pero por suerte no ha pasado nada excepto en el aeropuerto de Frankfurt en el 2010.
¿Qué medidas han tomado para luchar contra el terrorismo?
Tenemos un centro antiterrorista. Seguimos a los sospechosos. Trabajamos con los aliados. Hemos reforzado el código penal y endurecido las penas a los que van a luchar con los islamistas.
Europa exporta terroristas.
Sí. Intervenimos en Afganistán para evitar que el terrorismo llegara a Europa, y hoy somos nosotros los que lo exportamos. La cantidad de europeos que luchan con los terroristas es vergonzosa. Son nuestros hijos e hijas.
¿Qué perfil tienen?
La mayoría son hombres jóvenes. También hay muchas mujeres. Hay musulmanes de nacimiento y convertidos. Los hay con estudios y sin ellos. Tienen en común que son unos inadaptados. Algunos tienen problemas con sus padres o no han conseguido pareja y se van a Siria para buscar una forma legítima de satisfacer sus deseos sexuales. Ven el mundo en blanco y negro. Se sienten amenazados por las opciones que les brinda la globalización. Buscan una persona fuerte que les diga lo que tienen que hacer.
¿Cuántos son?
Unos 740 en Alemania. Un tercio ha regresado. Algunos están frustrados y no volverán a combatir. Otros han aprendido a odiar y nos preocupa que luchen en Alemania. Algunos sólo vienen a descansar un poco antes de volver al campo de batalla. Estos números son grandes para nosotros, aunque pequeños en comparación con otros países, como Bélgica, donde la proporción de yihadistas entre la población es más alta.
¿Cómo se combate la ideología del yihadismo?
La radicalización empieza en el entorno de la persona. Hay salafistas en Alemania con son la fuente primaria del radicalismo. Internet es sólo una herramienta. Los jóvenes se sienten seducidos por la violencia.Tenemos programas de desradicalización, pero es cierto que es difícil predecir los ataques que pueden cometer estos individuos.
¿Hay que mejorar la situación socioeconómica de los jóvenes musulmanes para que no se sientan atraídos por el yiha­dismo?
Es difícil vivir en una sociedad sin perdedores. Toda sociedad tiene perdedores. Lo importante es ayudar a estos perdedores a encontrar su lugar, donde puedan trabajar y ser aceptados. Si no los cuidas, se buscarán su propia forma de ganar. Si la gente es débil, buscará símbolos de fuerza, y si hay adultos dispuestos a ayudarles, la situación es peligrosa.
¿Es posible mantener las libertades individuales mientras se lucha contra el terror?
Por supuesto. Creo que en Alemania hemos encontrado un buen equilibrio, pero sigue habiendo retos, como rastrear internet respetando la privacidad de la gente.
El rey Abdalah de Jordania dijo que vivimos la tercera guerra mundial. ¿Está de acuerdo?
Como político alemán, soy un poco cauto a la hora de hablar de guerra. Nosotros empezamos la Segunda Guerra Mundial con horribles resultados. Destruimos Europa y Alemania. Así que hay que tener cuidado con lo que llamamos tercera guerra mundial. El Papa ha dicho que estamos ante un nuevo tipo de guerra. El terrorismo, la propaganda en internet, una guerra que no es entre estados… No sé si es una guerra, pero sin duda es un nuevo tipo de conflicto.
¿Qué se puede hacer en Siria?
Alemania es reacia a usar el poder militar como un instrumento de política exterior normal, a diferencia de Francia o Gran Bretaña, por ejemplo.
¿Entonces?
Exportamos armas a los kurdos en Iraq y creo que el mundo lo acepta. Trabajamos de cerca con nuestros aliados en el campo político y actuamos bastante en las negociaciones con Irán. Hemos destruido armas químicas del régimen de Damasco y ayudado a Turquía cuando temía ser atacada por misiles sirios. Creo que es bastante para lo que es habitual en Alemania.
¿Pero no sería más efectivo enviar tropas?
Personalmente creo –y esta no es la posición oficial de mi Gobierno– que para derrocar al llamado Estado Islámico se necesitan ­ejércitos de tierra, y no veo nin­guno europeo. Pedimos la colaboración de los países árabes vecinos, pero no intervienen o ya forman parte del conflicto. Los kurdos son valientes, pero no terminarán el trabajo solos. Liberarán lo que ellos creen que es Kurdistán y ya está. Por ahora la coa­lición internacional no cuenta con más ejércitos sobre el terreno.
¿Y una salida política?
Después de la caída de Mubarak y de Gaddafi pensábamos que Asad caería en cuestión de semanas. Un contacto turco me prometió que en tres meses se vería obligado a dimitir. Ahora sigue, más débil que nunca, pero con el apoyo de Rusia e Irán. A día de hoy no creo que haya fuerza militar que pueda salvar a Asad, al menos a nivel personal. Tal vez sus sucesores perduren. No tengo ni idea de cómo el conflicto debería resolverse. Lo ideal sería encontrar una solución política. La gente está deseando una pausa en la guerra civil.
¿Cómo ha cambiado el terrorismo islamista en los diez años que lleva usted en el Gobierno?
En el 2005 Al Qaeda era la organización más fuerte y todo giraba en torno a Pakistán y Afganistán, además de los peligros permanentes del conflicto entre Israel y los palestinos. Hubieron otros ataques, en Kenia por ejemplo, pero en el 2005 la yihad no era tan global como ahora. Hay vínculos entre Boko Haram en Nigeria y el Estado Islámico, y huellas del EI en Yemen, así como en África y partes de Asia. Es un conflicto global y no hay una persona que dirija todas estas actividades. Hay más diversidad de acciones dirigidas contra la misma imagen del enemigo: Occidente, la libertad y cualquier religión que no sea una versión concreta del islam.
¿Qué lugar ocupa el conflicto palestino-israelí en este pano­rama?
Sigue siendo una parte importante en la teoría del terrorismo, sin duda. Pero hoy en día la lucha se dirige más bien contra Estados Unidos, el capitalismo y Occidente en general."